Paisajes

Paisajes puros de la época fueron muchos los que el artista pinto.  Muy notable  fue el que titula  Lago de Palermo en 1918.

De 1921 se conserva en una colección privada de Mendoza, Fronda, un motivo de resolución realista y buen manejo del color, especialmente en los verdes. Destaca árboles de primer plano y el bosque detrás.

Un interesante ejemplo de la forma de encarar el paisaje de esta primer época, es Paisaje de Tandil,  muy bien resuelto con árbol en primer término, camino en perspectiva y lomas al fondo.

A fines de este período de Buenos Aires, resuelve paisajes con soluciones próximas al impresionismo.

Siempre amó el paisaje como motivo artístico, con más razón lo entusiasmaba el tema en Mendoza, su luz, su atmósfera transparente, las montañas, en días de pleno sol, de cielos límpidos, cielos de atardecer, de suaves tonalidades rosas o con amenazas de tormenta con densas nubes grises, los efectos del viento Zonda tan característico de la zona cuyana.

Busca el motivo, dibuja o aboceta al pastel. Estos esbozos nacidos ante la naturaleza, como tiene por costumbre, por lo general los reserva como puntos de referencia que le servirán para posteriores elaboraciones en taller.

La paleta cromática de los impresionistas que adopta especialmente en sus paisajes, le permite mantener la limpieza del color, la frescura del tono. Cuando reelabora un motivo trata siempre de conservar la sensación primera. Los paisajes puros se multiplican en estos años mendocinos. Los alrededores de la ciudad le proporcionan temas de una gran variedad, desde sus paisajes de la década del ‘40 hasta el que pinta en 1990, ya próximo su fin.

El Challao, Potrerillos, Tupungato, el Parque Gral. San Martín, las arboledas, los viñedos, las altas montañas, los cerros bajos, los caminos polvorientos, las rocas son motivo de inspiración.

Entre los paisajes hay uno que es todo un logro, Mi jardín que se veía desde su estudio de calle Boulogne Sur Mer, con un primer plano de jardín con una palmera, atrás la arboleda del parque. Es un estudio muy bien construido, fresco el trazo sin ser bocetado, con un estudio cuidadoso de las variantes de verdes y de efectos asoleados, pero conservando la frescura de la primera impresión.

Parque en la tarde,  es un cuadro pequeño que merece un análisis particular. La composición es muy distinta a los demás. El primer plano es una extensión de tierra, tal vez un camino paralelo al marco del cuadro, un segundo plano de árboles jóvenes, unos con flores, muy ricos de color, forman como una barrera paralela al marco del cuadro. El tercer plano de grandes árboles, palmeras, pinos, que contrastan en sus tonos bajos con el plano anterior, y por último se insinúan las montañas.

Cascarini fue un hombre sedentario a quien no le atraían los viajes. Sólo en una oportunidad, en 1949, viaja a Chile. Allí pinta vistas muy bien logradas de las playas de Viña del Mar que hace lamentar que no insistiera en el tema.