Como artista, Cascarini fue un trabajador incansable, metódico y tenaz.
En su arte, el dibujo y la pintura, utilizó gran cantidad de técnicas y elementos. Desde el dibujo a lápiz de grafito, lápices de colores o de grasa, pluma con tinta china, carbonilla, tiza, sepia, pastel, acuarela, temple, gouasche, hasta las pinturas al óleo.
Eligió siempre la mejor calidad que encontró en plaza. En concordancia con sus hábitos, cuidó con esmero su paleta y sus pinceles después de cada uso.
Trabajó todos los días a la mañana y a la tarde, aprovechando la luz natural que a veces reforzó con una lámpara de pie. Realizó sus dibujos importantes en papeles especiales y sus pinturas fueron en tela de distintas texturas según el tema; cartones hard boar o madera terciada.
En su obra, abordó muy diversos temáticas, ya que admiró la naturaleza en sus múltiples expresiones. Paisajes, marinas, flores, frutas, animales y también la figura humana, escenas costumbristas, retratos y desnudos, sobre todo femeninos.
Prefirió siempre los modelos vivos y naturales. Compuso conjuntos de frutas, flores y paños para las naturalezas muertas. Para ello, se abocó a comprar los tachos y canastos que usaban los cosechadores, los ponchos, alforjas y sombreros con los cuales vestía a las muchachas y los campesinos que concurrían diariamente a su casa.
Artista riguroso en su técnica, se acostumbró a realizar estudios previos a la obra definitiva en lo referente a dibujos y bocetos en lápiz, carbonilla, pastel, sepia, hasta lograr el efecto deseado para volcarlo en el cuadro.
Sus obras importantes como desnudos, retratos y figuras grandes, no fueron improvisadas ni fruto del azar, sino pensadas y elaboradas por Cascarini de forma cuidadosa y paciente.
Todas sus obras tuvieron estudios y bocetos previos, que el pintor realizó de forma repetida, con pequeñas variantes hasta conseguir expresar la imagen pensada para luego ser trasladada al cuadro.
Su mente y sus manos estuvieron en continua actividad. Todo trozo de papel recibió sus dibujos, hasta un boleto de ómnibus le sirvió para dibujar una miniatura.
También le atrajo dibujar planos de casas, inventar jeroglíficos o realizar pequeñas esculturas con masilla o miga de pan.
Cascarini se caracterizó por su pasión por el dibujo y por pasar largas horas dibujando y pintando. Pero también fue particular en él, ser muy crítico con sus obras hasta el punto de destruirlas cuando no resultaron de su agrado.